El 25 de mayo de 1810 comienza una larga y convulsionada transición desde las instituciones hispánicas hacia la organización nacional.
La Constitución de 1853 asentó la reorganización institucional sobre principios de federalismo, libertad y división de poderes.
La creciente población inmigrante, la extensión de las fronteras, el voto universal y la cuestión social, influyeron las políticas posteriores.
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